La casa que hoy conocemos como “Museo de la Independencia Casa del Florero” no solo representa el conocido episodio del 20 de julio de 1810, también ha sido protagonista y testimonio de la historia del país, de los cambios de la ciudad y cómo la historia se transforma. La casa fue habitada por distintas familias hasta finales del siglo XIX. Durante el siglo XX se encontraba en ruinas por lo que en la década de los 50 comenzaría un proceso de renovación. En 1960, la Academia Colombiana de Historia fundó el "Museo del 20 de Julio" que buscaba recordar al Bogotá antiguo y a los dirigentes que participaron en los acontecimientos del 20 de julio de 1810. En el 2010, el Ministerio de Cultura de Colombia decide transformar el lugar en un espacio de encuentro y dialogo con nuestra historia y nuestro presente.