A raíz del encuentro: japoneses, libaneses y venezolanos en Colombia

En Museo de la Independencia - Casa del Florero (Bogotá, Colombia), se presenta la exposición temporal A raíz del encuentro: japoneses, libaneses y venezolanos en Colombia en la que se plantea un diálogo sobre cómo los procesos de inmigración han sido parte de la construcción de nación en Colombia, desde sus encuentros y aperturas culturales, pero también desde las exclusiones frente a los otros, realidades que ponen en cuestión lo que significa ser colombiano.

La exposición contará con piezas del archivo fotográfico de Exbecarios Nikkei Jica Colombia, obras de algunos artistas contemporáneos descendientes de inmigrantes libaneses como Nathalie Libos, Samir Elneser y Michelle Maluf, así como archivos fotográficos y audiovisuales de la Fundación El Pilar que documentan la crisis fronteriza con Venezuela.

"Queremos dar a conocer algunas experiencias de estos grupos de inmigrantes y los aportes que han hecho al desarrollo de nuestro país, así mismo transmitir un mensaje de reconocimiento y valoración del otro que permita una convivencia pacífica entre diferentes poblaciones con las que compartimos nuestro territorio”, menciona Elvira Pinzón Méndez, directora del Museo de la Independencia Casa del Florero y de la Casa Museo Quinta de Bolívar.

Los procesos de inmigración en Colombia han marcado la historia del territorio y su diversidad cultural. También, han generado posturas en contra o a favor de esta situación. Es el caso del siglo XIX, cuando la élite nacional intentó atraer a ciudadanos europeos para "mejorar” la sociedad y “blanquear” la raza, pero las continuas guerras civiles y la baja actividad económica afectaron ese propósito. Por otra parte, en el gobierno de la Regeneración (1880-1900), se promovió la idea de que los extranjeros eran una amenaza para el espíritu y la lengua nacional.

A pesar de los desacuerdos y diferentes opiniones al respecto, en el siglo XX se destacó el arribo de japoneses al campo caucano y vallecaucano y de libaneses al mar de la Costa Atlántica. Igualmente, en los últimos años se resalta la llegada masiva de venezolanos por la frontera en Norte de Santander, lo que ha causado no solo un gran reto migratorio sino una crisis social de carácter binacional.

La muestra se centra en las siguientes temáticas:

1. El encuentro con el campo: Hacia finales del siglo XIX, el gobierno japonés buscó estrategias para expandir su economía fuera del archipiélago. Una de esas estrategias fue la ejecución de una política de inmigración con un objetivo concreto: la creación de colonias agrícolas. Gracias al patrocinio de compañías de emigración nacionales, algunas familias niponas tomaron rumbo a Brasil, Paraguay y Colombia. Se sabe que tres grupos de familias, compuestas por unas 159 personas en total, llegaron a nuestro país entre 1929 y 1935.

2. El encuentro con el mar: Entre 1880 y 1930, llegaron a Colombia oleadas de inmigrantes procedentes del Líbano, que, para ese momento, hacía parte del Imperio Otomano. Esa es la razón por la que inicialmente eran conocidos bajo el calificativo de “turcos”. Los libaneses que llegaron al país eran en su mayoría cristianos que escapaban de las políticas excluyentes que se decretaban por parte del gobierno musulmán. Lo anterior no niega que también hayan arribado practicantes del islam, como fue el caso de la comunidad de Maicao, así como sirios y palestinos. La comunidad libanesa arribó en barcos a la zona del mar Caribe, a ciudades como Barranquilla, Lorica y Cereté.

3. El encuentro con uno mismo: Dada su proximidad geográfica, la migración de venezolanos a Colombia, y de colombianos a Venezuela, ha sido una realidad histórica. Los dos países han sido tanto receptores como emisores, según las coyunturas políticas. Aunque han existido diferentes fases de la migración venezolana, es preciso destacar que la crisis contemporánea surgió desde el 19 de agosto de 2015. Aquel día, el gobierno bolivariano ordenó el cierre de los pasos fronterizos, argumentando incursiones de grupos paramilitares en su territorio. Tras el anuncio, comenzó un éxodo masivo de miles de personas obligadas a cruzar la frontera en condiciones indignas, y dejar atrás sus bienes materiales, sus hogares y sus recuerdos.

Abierta al público entre el 20 de julio de 2024 y el 3 de noviembre de 2024, de martes a domingo, 9:00 a.m. a 5:00 p.m.

 

Museo de la Independencia Casa del Florero

Carrera 7 No. 11-28. Bogotá, Colombia.

museoindependencia.gov.co

 

El MALI en MuseodataEl Museo de la Independencia Casa del Florero hace parte del Directorio internacional de Instituciones Culturales de Museodata. Clic acá para ampliar la información.

 

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